Ingredientes:
1 Manzana
2 Plátanos
2 Huevos
1 Limón
Espesante
Lo primero que haremos será cocinar la manzana para poder manipularla a nuestro gusto. La pelamos y cortamos en rodajas, quitándole las pepitas. Las ponemos en un cazo, y sobre el mismo, exprimimos medio limón y mezclamos con ayuda de una cuchara. Con esto evitaremos que se nos oxide y, al mismo tiempo, daremos un ligero sabor de limón a la manzana.
Ponemos agua sin llegar a cubrir las rodajas y dejamos cocinar durante unos 10-15 minutos a fuego medio. Cuando estén lo suficientemente blandas como para poder manipularlas con ayuda de un tenedor, podemos retirarlas del fuego y dejarlas sobre un escurridor, ya que necesitamos deshacernos de todo el líquido que nos sea posible.
Mientras tanto, pelamos y cortamos los plátanos en rodajas y procedemos a machacarlos con ayuda de un tenedor hasta obtener una especie de crema espesa. Da igual si no nos queda completamente uniforme, de hecho, para esta receta es preferible así.
Ahora, incorporamos un huevo al mismo recipiente y removemos hasta mezclarlo con el plátano por completo. Inicialmente iba a usar 2 huevos ya que por lo general la proporción es de 1 huevo por 1 plátano grande. Los que he usado eran medianos, así que opté por usar sólo uno.
Lo siguiente que debemos añadir es el espesante. Llegados a este punto, ya podríamos llevar la mezcla a una plancha o sartén, pero el proceso sería algo más complicado debido a su textura. Para ello tenemos varias alternativas, harina o avena, por ejemplo. La opción más saludable sería añadir un poco de yogur griego o queso cremoso, aunque en esta ocasión he optado por una pequeña cantidad de sémola.
El plátano necesita muy poca cantidad para espesar, así que bastará con un par de cucharadas. Una vez nuestra mezcla empiece a espesar, retiramos el recipiente y dejamos a un lado hasta el momento de cocinar nuestras pancakes.
Con la manzana realizaremos un proceso similar, pero debido a su alto porcentaje de agua, nos será algo más difícil conseguir la textura que queremos.
Primero machacamos con ayuda de un tenedor. Nuevamente, no es necesario hacerlo a conciencia.
Antes de añadir el huevo podemos incorporar un primer espesante. Yo me he decantado por el queso cremoso, ya que bastan un par de cucharadas pequeñas para ayudarnos con este proceso y, además su sabor, nos proporciona un tono más claro que diferenciará un poco más a ambas pancakes.
Ahora sí, añadimos el huevo, mezclamos y posteriormente añadimos el segundo espesante , nuevamente, de nuestra elección, hasta obtener una mezcla similar a la anterior.
La intención es hacer estas pancakes lo mas sanas y saludables posible, por lo que decidí no usar ningún edulcorante. Si optáis por usar alguno, recomiendo la miel en primer lugar, y si buscáis reducir el consumo de calorías, la stevia líquida.
Ya están listas para cocinarlas. Por mi parte, lo haré en una sartén pequeña, sólo con unas gotas de aceite.
La cantidad para cada tortita oscila entre 1 y media o 2 cucharadas soperas de mezcla, con lo cual obtendremos unas 10 pancakes aproximadamente.
Estas no son tortitas tradicionales, no nos avisarán de cuando debemos voltearlas con burbujas, pero el tiempo que necesitan para cocinarse no varía en exceso. Bastará con unos 30 segundos por cada lado y ya tendremos listas nuestras pancakes de fruta.
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