sábado, 20 de abril de 2013

Pan irlandés

Hoy hemos probado una de las recetas de Nigella Lawson.
Se trata de un pan irlandés completamente recomendable: facilísimo y rápido. ¡No requiere amasar!

Vamos con los ingredientes:

400 gr Harina integral
100 gr Avena tradicional (no instantánea)
300 cc Cerveza negra o malta
150 cc Suero de yogur o yogur natural
3 cucharadas Miel
3 cucharadas Aceite neutro
2 cditas Polvos de hornear o bicarbonato
2 cditas Sal marina




Lo primero que debemos hacer es quitarle el gas a la cerveza (doppelbock, en nuestro caso), removiéndola con una cucharilla y añadiendo la sal de golpe (esto ayudará a que se disuelva si es de grano grueso). Tras esto, unimos los ingredientes secos y los líquidos de manera separada, para luego mezclarlos añadiendo el liquido poco a poco.



Notaremos el aroma característico de la levadura de cerveza, pero su sabor está lejos de parecerse (¡afortunadamente!). Obtendremos una masa no muy regular y bastante pringosa. Te recomendamos tener a la mano un poco de harina extra por si queda excesivamente pegajosa.

Al no llevar levadura, no es necesario dejar reposar para que leve. Simplemente formamos bolas intentando que sean del mismo tamaño, sin prensar demasiado. Puedes humedecerte las manos para hacer este paso más fácil.  Las ponemos en la bandeja de horno ligeramente engrasada y espolvoreamos un poco más de avena por encima.



La receta original ponía que horneásemos 15 minutos a 100ºC, pero hicieron falta 30 a 180, por lo que recomendamos ir comprobando cada cierto tiempo hasta que estén hechos y, al momento de retirarlos, ponerlos en una superficie en la que no transpiren.




El resultado del pan fue un misterio hasta que estuvo horneado, y la verdad es que queda muy apetitoso y contundente. No es dulce, a pesar de la miel, ni es salado, a pesar de la sal. Huele y sabe a cerveza.

¿Por qué preparar este pan? 

Sabemos lo nutritivo y beneficioso que es el pan integral, y cocinarlo nosotros mismos es altamente gratificante. Lo que debemos tener en cuenta es que es imposible utilizar sólo harina integral porque no liga. En el que compramos suele estar presente sólo en un 30%, y el resto es harina blanca. La avena permite aumentar esta cantidad, ya que frente a la humedad, adquiere una consistencia mucho más viscosa.

Existen muchas harinas integrales, incluso puedes enriquecerlas con diferentes suplementos como el germen de trigo, las semillas de linaza o los frutos secos. Te animamos a probar y a integrar cosas tan ricas como saludables a tu dieta.

¡Hasta la próxima entrada!

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