sábado, 20 de abril de 2013

Buñuelos dulces

Estamos en plena feria de abril, y no queríamos dejar pasar la oportunidad de subir una receta tradicional de estas fechas: los buñuelos.

Los buñuelos son muy versátiles y se pueden preparar de múltiples formas. En esta ocasión los haremos dulces, ideales para el desayuno o como bocado dulce a cualquier hora del día.

Ingredientes para 30 buñuelos:

250mL Leche
1 1/2 Tazas de harina tamizada
1/2 Cucharadita de levadura
1 Huevo
1 Cucharada de mantequilla o queso cremoso a temperatura ambiente
Ralladura de limón o naranja
Sal
Edulcorante



Comenzamos batiendo el huevo con ayuda de una varilla.

Una vez batido, añadimos la mantequilla y ralladura (también recomendamos el uso de semillas, especialmente la matalahúva) y, poco a poco y removiendo constantemente, la mitad de harina, la levadura y sal.

Veremos como se nos hace muy difícil continuar mezclando la harina con el huevo, así que este es el momento de verter la leche.

Mezclamos bien eliminando posibles grumos y volvemos a agregar el resto de la harina junto con el edulcorante de vuestra opción (nosotros recomendamos el uso de la stevia, de la cual próximamente publicaremos una entrada en la que hablaremos de sus múltiples ventajas y beneficios) sin dejar de remover, hasta obtener una masa homogénea con una textura similar a la de las tortitas.



Ponemos a calentar una sartén amplia con abundante aceite a fuego medio-bajo. Lo hacemos así porque no nos interesa que el aceite se caliente demasiado ya que de esta forma podríamos quemar el exterior de nuestros buñuelos y aun así seguirían completamente crudos en el interior.

Una vez veamos que el fuego está lo suficientemente caliente, comenzamos a verter la masa de los buñuelos en la sartén con ayuda de una cuchara.

Lo ideal es llenar 2/3 de una cuchara sopera o la misma completa, ya que nos será más sencillo darle forma a nuestros buñuelos y a la vez, obviamente, nos quedarán mas pequeños, lo que facilita su preparación.

Apenas bastan unos 20 segundos por cada lado. Cuando veamos que comienzan a dorarse, les damos la vuelta, y una vez cocinados por el otro lado, los llevamos a una fuente o plato con papel de cocina.

Es una receta muy rápida y sencilla. Una vez los retiremos del papel podemos espolvorearlos con azúcar, añadirles alguna mermelada o crema o, como nosotros, un poco de chocolate.


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