El bizcocho es una de las preparaciones más básicas de la repostería. Existen tantas recetas como pasteleros, lo que puede desorientar más que ayudar a quienes están comenzando o aún no dan con su fórmula personal. En esta entrada intentaremos darte algunos trucos para mejorar los resultados y evitar la frustración que supone un bizcocho chafado, apelmazado o crudo en el centro.
Paso 1. Montar las claras a punto de nieve (4 claras)
En un bol suficientemente grande para contener la mezcla, bate las claras hasta que se sostengan en la varilla. Las burbujas de aire que se añade a las claras, darán como resultado un bizcocho más esponjoso.
Paso 2. No prescindir completamente del azúcar (4 cucharadas)
Si bien, siempre que podemos, optamos por reemplazar el azúcar por endulzantes libres de calorías o miel, el azúcar juega un rol importante en la emulsión de la masa, e incluso en la activación de algunos tipos de levaduras. Eso sí, evita el azúcar refinada y no pongas más de la cuenta. En nuestro caso, agregamos una parte de azúcar rubia disuelta en las 4 yemas de huevo que teníamos separadas y, al final, añadimos stevia hasta conseguir suficiente dulzor.
Paso 3. ¿Qué grasa utilizar? (1 medida de aceite neutro)
Lo más común es utilizar mantequilla, pero nosotros optamos por aceite de girasol, que hará la masa más ligera. Pusimos la misma cantidad que de la mezcla de azúcar y yemas.
El aceite de canola (colza o raps) también es una excelente opción, especialmente porque el cuerpo lo elimina con mayor facilidad. Si bien, en ambos casos debemos tener cuidado y fijarnos en las etiquetas, el segundo es uno de los productos más manipulados genéticamante a nivel mundial, de manera que debemos poner especial atención.
Paso 4. Aromatizar y añadir leche (1 medida de coco rallado, esencia y 1 vaso de leche desnatada)
Ralladura de piel de limón o naranja (evitando la parte blanca que tiende a amargar las preparaciones), semillas de anís, vainilla, licores o la esencia que más te guste. Esto, además darle un toque muy especial y agradable a los bizcochos, evitará que huelan a huevo. Como el nuestro es de coco, utilizamos 1 medida de coco rallado y dos cucharadas de esencia para acentuar el aroma.
La leche desnatada que añadimos tiene como objetivo darle suavidad y volumen a la masa.
Paso 5. Incorporar con movimientos envolventes
Al momento de mezclar los ingredientes, hazlo con suavidad intentando que las claras que montaste al comienzo, pierdan la menor consistencia posible y la masa siempre nos parezca espumosa.
Paso 6. Tamizar el harina y los polvos de hornear
Evita las harinas con polvos de hornear añadidos: no sabes si serán suficientes o si son los adecuados para un bizcocho.
Cuando vayas a añadirla, ayúdate con un colador o un tamiz. Además evitar que pasen grumos a nuestra masa, la airearemos ligeramente con este simple paso. Tamiza también los polvos de hornear.
Paso 7. Utilizar la cantidad suficiente de harina
Es muy difícil determinar a priori cuánta harina se necesita ya sea para un bizcocho u otra preparación, incluso tomando la receta de un libro. Esto, debido a que los vasos, las tazas, las cucharas, los huevos y demás que tenemos en una y otra casa, difieren entre sí. Incluso si midiésemos en básculas y jarras milimetradas, la temperatura a la que estemos, seguiría haciendo que cualquier medida dada en números sea imprecisa. Por eso, te recomendamos añadir harina hasta dar con la textura que buscas, es decir, ni muy floja ni muy pesada. Que cueste un poco batirla, pero que se deje.
Paso 8. Hornear adecuadamente
a) Molde: cuando se pone en el molde, lo más común es enmantequillar y/o enharinar el fondo y las paredes para poder retirarlo con facilidad cuando esté preparado. El truco más seguro para que no se pegue es, en lugar de lo anterior, poner papel de aluminio (como si fuese un molde interior) y quitarlo al final.
b) Precalentar: encender el horno a temperatura media (200ºC) unos 5 minutos antes de meter el bizcocho
b) Alternar el calor: al introducir el bizcocho, poner el fugo sólo con los quemadores de abajo por aproximadamente 20 minutos. Transcurrido este tiempo, hornear por ambos lados por 20 minutos más.
c) Comprobar la cocción: no abras el horno hasta que hayan transcurrido al menos 40 minutos o se bajará el bizcocho. Es el tiempo aproximado que tarda en hacerse, sin embargo, esto dependerá de diferentes factores (humedad de la masa, grosor del molde, clima, estado del horno, etc.) de manera que debes comprobar pinchando en el centro con un palillo o un cuchillo afilado. Si no saliera limpio de masa, es necesario darle más tiempo de cocción: baja la temperatura y vuelve a poner el fuego sólo por debajo.
d) Enfriar antes de cortar: espera a que termine de salir vapor para que no se rompa o apelmace.
Parecen muchos pasos, pero todo es muy sencillo y el resultado te dejará muy contento. ¡Pruébalo!
viernes, 24 de mayo de 2013
jueves, 23 de mayo de 2013
Receta rápida: pan pita
Ingredientes:
250gr Harina tamizada
12gr Levadura en polvo
150ml Agua tibia
2 Cucharadas de aceite
1 Cucharadita de sal
1- Comenzamos calentando el agua y disolvemos los 12gr de levadura en ella.
2- En un bol, tamizamos la harina y añadimos el resto de ingredientes.
3- Comenzamos a mezclar con nuestras manos, amasando ligeramente, y añadimos un poco más de harina si la masa queda algo pegajosa. Si lo deseamos, también podemos añadir alguna especia o hierba para añadir sabor a nuestro pan.
4- Una vez la textura sea la correcta, amasamos durante unos cinco minutos, formamos una bola con la masa y la dejamos reposar durante unos 30 minutos cubierta con un paño para que doble su volumen.
5- Dividimos la masa en tres trozos iguales, las aplastamos y damos forma de torta y dejamos reposar de nuevo, cubiertas por un paño, para que vuelvan a doblar su volumen.
6- Calentamos una sartén. Podemos poner la masa sobre ella sin más o añadir un poco de aceite o mantequilla. Nosotros hemos optado por la mantequilla para añadir sabor y aumentar la suavidad del pan.
7- Dejamos la sartén a fuego medio-bajo y cocinamos nuestro pan durante 2-3 minutos por cada lado, cubriendo la sartén con una tapa.
Con nuestro pan pita listo, podemos añadirle el relleno que deseemos o incluso tomarlo a modo de pizza:
250gr Harina tamizada
12gr Levadura en polvo
150ml Agua tibia
2 Cucharadas de aceite
1 Cucharadita de sal
1- Comenzamos calentando el agua y disolvemos los 12gr de levadura en ella.
2- En un bol, tamizamos la harina y añadimos el resto de ingredientes.
3- Comenzamos a mezclar con nuestras manos, amasando ligeramente, y añadimos un poco más de harina si la masa queda algo pegajosa. Si lo deseamos, también podemos añadir alguna especia o hierba para añadir sabor a nuestro pan.
4- Una vez la textura sea la correcta, amasamos durante unos cinco minutos, formamos una bola con la masa y la dejamos reposar durante unos 30 minutos cubierta con un paño para que doble su volumen.
5- Dividimos la masa en tres trozos iguales, las aplastamos y damos forma de torta y dejamos reposar de nuevo, cubiertas por un paño, para que vuelvan a doblar su volumen.
6- Calentamos una sartén. Podemos poner la masa sobre ella sin más o añadir un poco de aceite o mantequilla. Nosotros hemos optado por la mantequilla para añadir sabor y aumentar la suavidad del pan.
7- Dejamos la sartén a fuego medio-bajo y cocinamos nuestro pan durante 2-3 minutos por cada lado, cubriendo la sartén con una tapa.
Con nuestro pan pita listo, podemos añadirle el relleno que deseemos o incluso tomarlo a modo de pizza:
lunes, 13 de mayo de 2013
Tortitas de patata
Hoy os traemos una forma original, divertida y muy sana de tomar patatas. Es una receta muy flexible que, siguiendo unos mínimos, siempre será deliciosa y puede ayudarnos cuando los más pequeños no acepten el tradicional puré.
Ingredientes:
4-5 Patatas
1/2 Cebolla
1 Tomate
2 Dientes de ajo
3 Champiñones
2 Cucharadas de mantequilla
1 Taza de harina
1 Taza de queso rallado
2 Huevos
Comenzamos preparando un puré de patatas. Para agilizar el proceso, pelamos las patatas y las troceamos en cubos pequeños, luego las ponemos en una olla pequeña o cazo, cubriéndolas con agua, y las llevamos a un fuego medio durante unos 14 minutos desde que comience a hervir. Pasado este tiempo, pinchamos con la punta de un cuchillo sobre un cubo de patata y retiramos del fuego si vemos que están lo suficientemente cocidas.
Escurrimos ligeramente y machacamos las patatas con ayuda de una cuchara, hasta obtener algo así:
A continuación picamos la media cebolla, los dientes de ajo y los champiñones, todo lo más pequeño posible.
Ponemos una sartén a fuego medio bajo con 3 cucharadas de aceite y comenzamos a cocinar la cebolla y el ajo, removiendo constantemente con una cuchara de madera para evitar dañar la sartén.
Una vez comience a dorarse la cebolla, añadimos los champiñones y cocinamos hasta que veamos como cogen color. Retiramos del fuego y reservamos.
Ponemos el puré que preparamos antes en un bol y comenzamos a añadir el resto de ingredientes. Primero, la cebolla con el ajo y champiñones, mezclando bien con el puré.
Cogemos el tomate y lo pelamos con cuidado ya que para esta receta sólo usaremos la piel. Una vez la tengamos, la troceamos y añadimos al bol. Hacemos lo mismo con el queso y los huevos y removemos.
Hasta este momento no hemos añadido nada de sal ni ninguna hierba, pero este es el momento de hacerlo. Así que añadimos sal al gusto, pimienta, albahaca y perejil para volver a remover.
Tendremos una mezcla muy pegajosa casi imposible de cocinar, así que nos ayudaremos de la harina para poder hacerlo.
Añadimos muy poco a poco, sin dejar de remover, hasta obtener una textura más firme que consideremos suficiente para cocinarla en una sartén o plancha sin riesgo a que se nos rompa mientras lo hacemos.
Con nuestra mezcla lista, es el momento de calentar una sartén a fuego bajo con unas gotas de aceite.
Cuando esté caliente, añadimos una cucharada sopera de la mezcla y repartimos por la sartén hasta formar una tortita de unos 7-8 centímetros .
La cocinaremos durante unos 2 minutos por cada lado, repitiendo el proceso hasta gastar toda la mezcla (saldrán alrededor de 7).
Una vez terminemos de cocinarla, nos quedará algo parecido a esto:
Hasta la próxima entrada!
Ingredientes:
4-5 Patatas
1/2 Cebolla
1 Tomate
2 Dientes de ajo
3 Champiñones
2 Cucharadas de mantequilla
1 Taza de harina
1 Taza de queso rallado
2 Huevos
Comenzamos preparando un puré de patatas. Para agilizar el proceso, pelamos las patatas y las troceamos en cubos pequeños, luego las ponemos en una olla pequeña o cazo, cubriéndolas con agua, y las llevamos a un fuego medio durante unos 14 minutos desde que comience a hervir. Pasado este tiempo, pinchamos con la punta de un cuchillo sobre un cubo de patata y retiramos del fuego si vemos que están lo suficientemente cocidas.
Escurrimos ligeramente y machacamos las patatas con ayuda de una cuchara, hasta obtener algo así:
A continuación picamos la media cebolla, los dientes de ajo y los champiñones, todo lo más pequeño posible.
Ponemos una sartén a fuego medio bajo con 3 cucharadas de aceite y comenzamos a cocinar la cebolla y el ajo, removiendo constantemente con una cuchara de madera para evitar dañar la sartén.
Una vez comience a dorarse la cebolla, añadimos los champiñones y cocinamos hasta que veamos como cogen color. Retiramos del fuego y reservamos.
Ponemos el puré que preparamos antes en un bol y comenzamos a añadir el resto de ingredientes. Primero, la cebolla con el ajo y champiñones, mezclando bien con el puré.
Cogemos el tomate y lo pelamos con cuidado ya que para esta receta sólo usaremos la piel. Una vez la tengamos, la troceamos y añadimos al bol. Hacemos lo mismo con el queso y los huevos y removemos.
Hasta este momento no hemos añadido nada de sal ni ninguna hierba, pero este es el momento de hacerlo. Así que añadimos sal al gusto, pimienta, albahaca y perejil para volver a remover.
Tendremos una mezcla muy pegajosa casi imposible de cocinar, así que nos ayudaremos de la harina para poder hacerlo.
Añadimos muy poco a poco, sin dejar de remover, hasta obtener una textura más firme que consideremos suficiente para cocinarla en una sartén o plancha sin riesgo a que se nos rompa mientras lo hacemos.
Con nuestra mezcla lista, es el momento de calentar una sartén a fuego bajo con unas gotas de aceite.
Cuando esté caliente, añadimos una cucharada sopera de la mezcla y repartimos por la sartén hasta formar una tortita de unos 7-8 centímetros .
La cocinaremos durante unos 2 minutos por cada lado, repitiendo el proceso hasta gastar toda la mezcla (saldrán alrededor de 7).
Una vez terminemos de cocinarla, nos quedará algo parecido a esto:
Hasta la próxima entrada!
viernes, 10 de mayo de 2013
Cinnamon rolls o rollitos de canela
¡Hola!
Es sabido que muchos de los productos utilizados en la cocina de antaño son nocivos para nuestra salud y, algunos que no lo eran, han ido adquiriendo toxicidad con el correr de los tiempos. Con la panadería y pastelería solemos enfrentarnos más frecuentemente a este problema: azúcar refinada, manteca y grasas de origen animal, millones de yemas de huevo por preparación, etc., pero nada nos obliga a seguir las recetas a rajatabla, por muy tradicionales que sean, o a no echar mano a productos o trucos que puedan disminuir su impacto en nuestro organismo sin renunciar al placer que nos aportan los alimentos. Eso es lo que hemos intentado en nuestra versión de estos clásicos panecillos de canela. Aquí dejamos la receta:
Masa:
4 tazas de harina
1 taza de puré de zapallo
1 vaso de leche desnatada
1 1/2 cucharada de mantequilla reducida en calorías
2 cucharadas de levadura en polvo
Lo primero que necesitamos hacer es activar la levadura en la leche tibia, para luego mezclar todos los ingredientes, dejando a parte una taza de harina y añadiendo una cantidad moderada de algún endulzante libre de calorías de nuestra elección. Mezclamos todo, y poco a poco añadimos el vaso de harina que reservamos tanto para conseguir la masa como para enharinar la superficie de trabajo. Tenemos que lograr una textura lisa, fácil de manejar y que no se pegue ni a la mesa ni a las manos.
Mientras dejamos reposar la masa por unos 20 minutos, preparamos lo que dará el real sabor a los rollitos
Relleno:
4 cucharadas de azúcar rubia
1 1/2 cucharada de canela
1 1/2 cucharada de mantequilla reducida en calorías
1 pizca de nuez moscada
Ralladura de 1 naranja.
Extendemos la masa en un rectángulo, procurando que tenga un espesor parejo de aproximadamente 8 milímetros, y la pintamos con la mantequilla fundida para luego cubrirla con la mezcla de canela, azúcar y nuez moscada que habremos unido en un cuenco para procurar que se distribuya en forma regular por la masa. Finalmente rallamos directamente la piel de la naranja, evitando la parte blanca. Enrollamos a lo largo, con cuidado para no romper nuestra masa.
Cortamos con un cuchillo seco, trozos de aproximadamente 2,5 cm. y los disponemos en la placa del horno separados entre sí. Por encima, ponemos un poco de azúcar rubia adicional, aunque también podríamos pintarlos con huevo, almíbar o dejarlos tal cual.
Tras hornearlos por 20 minutos a 200ºC en un horno precalentado, obtendremos unos deliciosos cinnamon rolls ideales para acompañar con un té, café, mate o chocolate caliente.
Anímate a prepararlos, son muy sencillos y ricos
¡Hasta la próxima entrada!
Es sabido que muchos de los productos utilizados en la cocina de antaño son nocivos para nuestra salud y, algunos que no lo eran, han ido adquiriendo toxicidad con el correr de los tiempos. Con la panadería y pastelería solemos enfrentarnos más frecuentemente a este problema: azúcar refinada, manteca y grasas de origen animal, millones de yemas de huevo por preparación, etc., pero nada nos obliga a seguir las recetas a rajatabla, por muy tradicionales que sean, o a no echar mano a productos o trucos que puedan disminuir su impacto en nuestro organismo sin renunciar al placer que nos aportan los alimentos. Eso es lo que hemos intentado en nuestra versión de estos clásicos panecillos de canela. Aquí dejamos la receta:
Masa:
4 tazas de harina
1 taza de puré de zapallo
1 vaso de leche desnatada
1 1/2 cucharada de mantequilla reducida en calorías
2 cucharadas de levadura en polvo
Para el puré de zapallo, hervirlo en la menor cantidad de agua posible o al vapor y luego triturarlo. |
Lo primero que necesitamos hacer es activar la levadura en la leche tibia, para luego mezclar todos los ingredientes, dejando a parte una taza de harina y añadiendo una cantidad moderada de algún endulzante libre de calorías de nuestra elección. Mezclamos todo, y poco a poco añadimos el vaso de harina que reservamos tanto para conseguir la masa como para enharinar la superficie de trabajo. Tenemos que lograr una textura lisa, fácil de manejar y que no se pegue ni a la mesa ni a las manos.
En nuestro caso, la taza adicional fue de harina integral multigrano. |
Mientras dejamos reposar la masa por unos 20 minutos, preparamos lo que dará el real sabor a los rollitos
Relleno:
4 cucharadas de azúcar rubia
1 1/2 cucharada de canela
1 1/2 cucharada de mantequilla reducida en calorías
1 pizca de nuez moscada
Ralladura de 1 naranja.
Si se desea un sabor más intenso a canela, lo mejor es prescindir de la ralladura de naranja, que aporta un sabor muy propio y marcado. |
Extendemos la masa en un rectángulo, procurando que tenga un espesor parejo de aproximadamente 8 milímetros, y la pintamos con la mantequilla fundida para luego cubrirla con la mezcla de canela, azúcar y nuez moscada que habremos unido en un cuenco para procurar que se distribuya en forma regular por la masa. Finalmente rallamos directamente la piel de la naranja, evitando la parte blanca. Enrollamos a lo largo, con cuidado para no romper nuestra masa.
Al llegar al final, puedes añadir un poco de agua fría con los dedos en el borde para que se pegue al rollo de masa. |
Cortamos con un cuchillo seco, trozos de aproximadamente 2,5 cm. y los disponemos en la placa del horno separados entre sí. Por encima, ponemos un poco de azúcar rubia adicional, aunque también podríamos pintarlos con huevo, almíbar o dejarlos tal cual.
Tras hornearlos por 20 minutos a 200ºC en un horno precalentado, obtendremos unos deliciosos cinnamon rolls ideales para acompañar con un té, café, mate o chocolate caliente.
¡Hasta la próxima entrada!
lunes, 6 de mayo de 2013
Receta rápida: tarta de queso
Hoy os traemos una receta muy rica y rápida, perfecta para esos días en los que nos apetezca algo dulce que nos lleve poco tiempo o cuando no podamos contar con un horno para nuestros postres.
No usaremos gelatina para esta receta, así que también lo es para aquellos que, al igual que nosotros, no quieran hacer uso de ella.
Ingredientes:
300mL Leche
100gr Leche condensada
150gr Queso cremoso
Vainilla
Sémola
Galletas
Mantequilla
Los ingredientes que vamos a usar ya contienen una importante cantidad de azúcar y endulzarán nuestra receta, por lo que no usaremos ningún tipo de edulcorante. Comencemos:
1- Lo primero que haremos será preparar la base de nuestra tarta. Para ello trituraremos unos 250gr de galletas de nuestra elección y las mezclaremos con dos cucharadas de mantequilla derretida. Cubrimos la base del molde que vayamos a usar con esta mezcla, lo tapamos con film transparente y llevamos al congelador.
2- Lo siguiente es mezclar el queso cremoso y la leche condensada en un bol grande. Para ello nos ayudaremos de una varilla y mezclaremos hasta obtener una mezcla suave y homogénea.
3- Sin dejar de remover la mezcla, comenzamos a verter todo el contenido de la leche. No os procupéis cuando veáis que queda una mezcla muy líquida, la sémola la espesará hasta el punto que queramos.
4- Vertemos sobre un cazo u olla y la llevamos al fuego a media potencia, hasta que comience a hervir.
5- Una vez hierva, vamos añadiendo la sémola muy poco a poco y removiendo constantemente para evitar la aparición de grumos. Añadiremos de 4 a 6 cucharadas y removeremos durante 4-5 minutos. Con dicha cantidad, a los 5 minutos, nuestra mezcla ya estaba lo suficientemente espesa para ofrecer resistencia a la varilla que usábamos para remover. Si en vuestro caso no es así, es tan fácil como añadir una cucharada más hasta conseguir el espesor deseado.
6- Echamos nuestra mezcla en el molde que metimos en el congelador esparciéndola bien y reservamos en la nevera durante unos 25-30 minutos.
Pasado este tiempo, nuestra tarta ya estará lista para servir:
No usaremos gelatina para esta receta, así que también lo es para aquellos que, al igual que nosotros, no quieran hacer uso de ella.
Ingredientes:
300mL Leche
100gr Leche condensada
150gr Queso cremoso
Vainilla
Sémola
Galletas
Mantequilla
Los ingredientes que vamos a usar ya contienen una importante cantidad de azúcar y endulzarán nuestra receta, por lo que no usaremos ningún tipo de edulcorante. Comencemos:
1- Lo primero que haremos será preparar la base de nuestra tarta. Para ello trituraremos unos 250gr de galletas de nuestra elección y las mezclaremos con dos cucharadas de mantequilla derretida. Cubrimos la base del molde que vayamos a usar con esta mezcla, lo tapamos con film transparente y llevamos al congelador.
2- Lo siguiente es mezclar el queso cremoso y la leche condensada en un bol grande. Para ello nos ayudaremos de una varilla y mezclaremos hasta obtener una mezcla suave y homogénea.
3- Sin dejar de remover la mezcla, comenzamos a verter todo el contenido de la leche. No os procupéis cuando veáis que queda una mezcla muy líquida, la sémola la espesará hasta el punto que queramos.
4- Vertemos sobre un cazo u olla y la llevamos al fuego a media potencia, hasta que comience a hervir.
5- Una vez hierva, vamos añadiendo la sémola muy poco a poco y removiendo constantemente para evitar la aparición de grumos. Añadiremos de 4 a 6 cucharadas y removeremos durante 4-5 minutos. Con dicha cantidad, a los 5 minutos, nuestra mezcla ya estaba lo suficientemente espesa para ofrecer resistencia a la varilla que usábamos para remover. Si en vuestro caso no es así, es tan fácil como añadir una cucharada más hasta conseguir el espesor deseado.
6- Echamos nuestra mezcla en el molde que metimos en el congelador esparciéndola bien y reservamos en la nevera durante unos 25-30 minutos.
Pasado este tiempo, nuestra tarta ya estará lista para servir:
Nosotros hemos optado por una base de pancakes y la hemos cubierto con sirope de fresa.
domingo, 5 de mayo de 2013
Crema ligera de pasas al ron
¡Hola!
Nos encantan los postres y siempre nos saben a poco, por eso, hoy traemos una crema de pasas al ron muy ligera, con la que podemos ser más generosos al momento de servir las raciones. Además, es rápida, sencilla y de ingredientes de andar por casa. ¡Manos a la obra!
Para 5 personas, necesitarás:
140 ml de ron
2 cucharadas de pasas moscatel
1 litro de leche descremada
4 clavos de olor
3 cucharadas de fécula de maíz
1 huevo
Lo primero que tenemos que hacer es poner a hidratar las pasas picadas en el ron la noche anterior para que se queden suaves y blandas. Al día siguiente, seguiremos los pasos que haríamos para preparar unas natillas, modificándolos ligeramente:
Ponemos a calentar la leche en una olla, reservando aproximadamente un vaso. Añadimos los clavos de olor, las pasas, el ron y el endulzante libre de calorías que prefieras (nosotros utilizamos stevia).
Como sugerencia para la presentación, hemos reemplazado la tradicional galleta por una mezcla a partes iguales de nueces y azúcar rubia trituradas.
¡Ya está listo!
Hasta la próxima entrada.
Nos encantan los postres y siempre nos saben a poco, por eso, hoy traemos una crema de pasas al ron muy ligera, con la que podemos ser más generosos al momento de servir las raciones. Además, es rápida, sencilla y de ingredientes de andar por casa. ¡Manos a la obra!
Para 5 personas, necesitarás:
140 ml de ron
2 cucharadas de pasas moscatel
1 litro de leche descremada
4 clavos de olor
3 cucharadas de fécula de maíz
1 huevo
Lo primero que tenemos que hacer es poner a hidratar las pasas picadas en el ron la noche anterior para que se queden suaves y blandas. Al día siguiente, seguiremos los pasos que haríamos para preparar unas natillas, modificándolos ligeramente:
Ponemos a calentar la leche en una olla, reservando aproximadamente un vaso. Añadimos los clavos de olor, las pasas, el ron y el endulzante libre de calorías que prefieras (nosotros utilizamos stevia).
Puedes usar vainilla, piel de cítricos, canela o lo que más te guste, pero retirarlo antes de servir en raciones individuales. |
Mientras hierve la leche, agregamos la fécula de maíz y el huevo al vaso de leche que dejamos aparte y, con ayuda de una minipimer, lo licuamos todo hasta que quede perfectamente integrado.
Puedes reemplazar la minipimer por un colador para tamizar el huevo y evitar las membranas que arruinarían el postre. |
Lo añadimos al resto de la preparación y cocinamos por aproximadamente 5 minutos sin dejar de remover para que no se pegue al fondo, hasta que tome cuerpo y se convierta en una crema fluida. Recuerda que al enfriar, tendrá una consistencia mucho más espesa. Ponemos en moldes o vasos individuales cuando está todavía caliente, y dejamos enfriar.
Como sugerencia para la presentación, hemos reemplazado la tradicional galleta por una mezcla a partes iguales de nueces y azúcar rubia trituradas.
Repartimos la mezcla sobre las natillas a medio cuajar, dejamos enfriar ya sea al temperatura ambiente, o refrigerándolas si el clima es demasiado cálido.
¡Ya está listo!
Hasta la próxima entrada.
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