Ingredientes:
300gr Queso cremoso
40gr Mantequilla
3 Huevos
60gr Azúcar
10gr Harina de choclo
160ml Leche
Comenzamos poniendo todo el queso cremoso al baño María, para que así podamos manipularlo más fácilmente. Mientras, en un bol grande, ponemos la mantequilla a temperatura ambiente y vamos aplastándola un poco con ayuda de una cuchara.
Una vez el queso cremoso se haya ablandado, lo añadimos a la mantequilla y mezclamos bien, hasta obtener una mezcla totalmente homogénea.
En otro bol, mezclamos las yemas de los 3 huevos con 20gr de azúcar, y una vez mezclado, añadimos la harina tamizada, volviendo a mezclarlo todo hasta obtener una mezcla con una textura algo pastosa.
En un cazo pequeño, calentamos la leche sin dejar que llegue a hervir, y añadimos a la mezcla que acabamos de obtener.
Una vez volvamos a mezclarlo todo nos quedará una especie de crema bastante líquida.
Ahora vertemos esta crema sobre la mantequilla y queso cremoso del principio y mezclamos un poco.
Reservamos y comenzamos a batir las 3 claras, añadiendo los 40gr de azúcar que nos quedan gradualmente, hasta tenerlas al punto de nieve.
Obtendremos un merengue que debemos incorporar a la mezcla para nuestra tarta. Comenzamos añadiendo 1/4 del merengue y removemos con movimientos suaves y envolventes. Añadimos el resto del merengue y volvemos a remover hasta mezclarlo todo completamente.
Cogemos un molde desmontable, lo cubrimos con papel vegetal y vertemos la mezcla sobre el, para entonces introducirlo en un horno previamente precalentado a 180º, en una posición media-baja.
Cocinaremos a dicha temperatura durante unos 15 minutos, para después bajarla a 150-160º y seguir cocinando durante 25 minutos más , hasta que la tarta comience a tomar un tono dorado.
Pasado este tiempo, apagamos el horno y dejamos reposar la tarta en su interior durante unos 40 minutos.
Ahora nuestra tarta ya está lista para servir, aunque recomendamos servirla al día siguiente:
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